Biografía de Enrique Santos Discépolo
No podíamos dejar de dedicarle un espacio al gran poeta, compositor musical, autor teatral y cineasta argentino Enrique Santos Discépolo. Conocido en el ambiente tanguero como ‘Discepolín’, nació el 27 de marzo de 1901 en reconocido barrio porteño de Once.
Huérfano desde muy jovencito quedó a cargo de su hermano mayor Armando, quien no dudo un instante en involucrar a Enrique en el mundo artístico y cultural. En 1917 se estrenó como actor y al año siguiente ya había escrito tres obras teatrales: ‘El señor cura’, ‘El hombre solo’ y ‘Día feriado’.
Recién en 1925, luego de tener un importante recorrido en el mundo teatral, Enrique Santos Discépolo escribe su primer tango, “Qué vachaché”; y compone la música de “Bizcochito”. Los años siguientes lo mantuvieron actuando con éxito en las dos capitales rioplatenses, Montevideo y Buenos Aires, al tiempo que escribía tangos tales como: “Esta noche me emborracho”, “Chorra”, “Malevaje”, “Soy un arlequín”, “Yira-yira”, etcétera.
La década de 1930 sería quizá la más fructífera en su producción artística. Comenzó la década escribiendo varias obras musicales y en 1935 viajó a Europa. Cuando regresó comenzó a involucrarse en el cine como actor, director y guionista; pero su amor por el tango jamás quedaba de lado y al mismo tiempo daba a luz algunas de sus póstumas creaciones: “Cambalache” (1934), “Alma de bandoneón” (1935), “Desencanto” (1937), “Uno” (1943), “Canción desesperada” (1944) y “Cafetín de Buenos Aires” (1948).
Definitivamente Enrique Santos Discépolo fue un hombre dedicado a sus amores, las obras teatrales, el cine y, por supuesto, el tango.
El 23 de diciembre de 1951, el gran poeta que tantas letras diera a Carlos Gardel, dejaba de existir en su céntrico departamento, donde compartía con Tania su amor.
Tangos de Enrique Santos Discépolo
Los tangos más famosos de Enrique Santos Discépolo fueron:
• Alma de bandoneón
• Cafetín de Buenos Aires
• Cambalache
• Canción desesperada
• Carillón de La Merced
• Chorra
• Condena
• Confesión
• Desencanto
• El choclo
• Esta noche me emborracho
• Fangal
• Infamia
• Justo el 31
• Malevaje
• Martirio
• Melodía porteña
• Qué sapa señor?
• Qué vachaché
• Quién más, quién menos
• Secreto
• Sin palabras
• Soy un arlequín
• Tormenta
• Tres esperanzas
• Uno
• Victoria!
• Yira yira
Letra del tango ‘Cambalache’ de Enrique Santos Discépolo
El tango ‘Cambalache’ de Enrique Santos Discépolo es uno de los más famosos del género y ha sido objeto de muchas referencias filosóficas en el mundo entero. Su letra guarda una de las características que definió a ‘Discepolín’ como poeta, la existencia de la llamada “filosofía de moneditas”, grandes pensamientos en acotadas frases que son utilizadas a diario.
Letra y música de Cambalache a cargo de Enrique Santos Discépolo.
Que el mundo fue y será una porquería
ya lo sé...
(¡En el quinientos seis
y en el dos mil también!).
Que siempre ha habido chorros,
maquiavelos y estafaos,
contentos y amargaos,
valores y dublé...
Pero que el siglo veinte
es un despliegue
de maldá insolente,
ya no hay quien lo niegue.
Vivimos revolcaos
en un merengue
y en un mismo lodo
todos manoseaos...
¡Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor!...
¡Ignorante, sabio o chorro,
generoso o estafador!
¡Todo es igual!
¡Nada es mejor!
¡Lo mismo un burro
que un gran profesor!
No hay aplazaos
ni escalafón,
los inmorales
nos han igualao.
Si uno vive en la impostura
y otro roba en su ambición,
¡da lo mismo que sea cura,
colchonero, rey de bastos,
caradura o polizón!...
¡Qué falta de respeto, qué atropello
a la razón!
¡Cualquiera es un señor!
¡Cualquiera es un ladrón!
Mezclao con Stavisky va Don Bosco
y "La Mignón",
Don Chicho y Napoleón,
Carnera y San Martín...
Igual que en la vidriera irrespetuosa
de los cambalaches
se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remaches
ves llorar la Biblia
contra un calefón...
¡Siglo veinte, cambalache
problemático y febril!...
El que no llora no mama
y el que no afana es un gil!
¡Dale nomás!
¡Dale que va!
¡Que allá en el horno
nos vamo a encontrar!
¡No pienses más,
sentate a un lao,
que a nadie importa
si naciste honrao!
Es lo mismo el que labura
noche y día como un buey,
que el que vive de los otros,
que el que mata, que el que cura
o está fuera de la ley...


El violinista Alfredo Gobbi, apodado el violín romántico del tango, fue un...
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