Adiós muchachos de Carlos Gardel
Carlos Gardel interpretó una gran cantidad de tangos que se convirtieron en los grandes clásicos de todos los tiempos, entre ellos se encuentra la estupenda canción “Adiós muchachos”.
La letra de este gran tango corresponde al poeta Cesar Felipe Veldani quien lo escribió en el año 1927 y luego fue musicalizado por Julio César Sanders.
Gardel fue quien hizo famoso este gran tango con su particular estilo de interpretar las canciones, convirtiéndose en uno de los tangos más representativos de su repertorio.
Luego de que lo cantó “el mago” fueron muchos los artistas que lo grabaron, incluso Louis Amstrong hizo su propia versión de adiós muchachos, con letra en inglés y al que llamó “I get ideas”.
Las interpretaciones de Gardel en este tipo de tangos son de antología, donde el cantante realmente sentía lo que estaba cantando y con su impactante vos lograba transmitir todo lo que la letra tenía implícito.
Adiós muchachos es una magnífica creación y más allá que lo han cantado varios artistas de gran nivel, la versión de Gardel sigue siendo la mejor de todas y como se dice comúnmente en Argentina y Uruguay “Gardel cada día canta mejor…”
La versión de Francisco Canaro de adiós muchachos es otra de las interpretaciones muy recomendables de este clásico tango.

El mismo nombre de este tango se usó varios años más tarde para protagonizar una película francesa y también un famoso libro del escritor Daniel Chavarría.
Letra del tango adiós muchachos
Adiós muchachos, compañeros de mi vida,
barra querida de aquellos tiempos.
Me toca a mí hoy emprender la retirada,
debo alejarme de mi buena muchachada.
Adiós muchachos. Ya me voy y me resigno...
Contra el destino nadie la talla...
Se terminaron para mí todas las farras
, mi cuerpo enfermo no resiste más...
Acuden a mi mente, recuerdos de otros tiempos,
de los bellos momentos, que antaño disfrute,
cerquita de mi madre, santa viejita, y de mi noviecita
que tanto idolatré.
Se acuerdan que era hermosa,
más bella que una diosa, y que, ebrio yo de amor,
le di mi corazón?
Mas el Señor, celoso, de sus encantos,
hundiéndome en el llanto, me la llevó.
Es Dios el juez supremo
No hay quien se le resista.
Ya estoy acostumbrado, su ley a respetar,
pues mi vida deshizo, con sus mandatos
llevándome a mi madre y a mi novia también.
Dos lágrimas sinceras, derramo en mi partida
por la barra querida, que nunca me olvidó.
Y al darle, mis amigos, el adiós postrero,
les doy con toda mi alma, mi bendición.


Mano a mano” es uno de los tangos clásicos que interpretó el Mago Carlos...
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